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Mmm… no, no es una simple conversación, es un juego…, es una danza.

Hace ya varios años, fui invitado a compartir mis reflexiones acerca de la Vida y la Muerte, en un nuevo espacio llamado 3×3. Me dijeron que participarían dos personas más y habría una entrevistadora que nos guiaría. Y a pesar de no conocer al 100% la estructura del programa, me gustó la idea de aportar puntos de vista en temáticas que había podido profundizar a lo largo de mi vida.

Te veo pasar delante mío y pienso en acercarme a ti, para que conversemos un momento. Allí vas, con esa carita que muestra signos de la transformación en persona adulta, que poco a poco va ocurriendo en ti. Y a su vez, esos ojos que, al mirarlos, delatan destellos de timidez y desconcierto, como si se preguntaran constantemente: ¿estoy haciéndolo bien? Y no tuviesen respuesta.

Cada vez que un libro llega a mis manos, lo primero que hago es abrirlo y olerlo.
¡Me encanta el olor a libro!

…Todo comenzó cuando aún era una niña. Crecí en una familia amante de los libros. Mis padres estudiaban cada día, llenando de libros nuestro mesa de comedor, ambos biólogos y pedagogos. Cada noche había un momento para leernos un cuento a mi hermano y a mí, historias que cambiaban a medida que las leían mientras nuestra imaginación se volvía loca.

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