Te veo pasar delante mío y pienso en acercarme a ti, para que conversemos un momento. Allí vas, con esa carita que muestra signos de la transformación en persona adulta, que poco a poco va ocurriendo en ti. Y a su vez, esos ojos que, al mirarlos, delatan destellos de timidez y desconcierto, como si se preguntaran constantemente: ¿estoy haciéndolo bien? Y no tuviesen respuesta.
Nuria
Cada vez que un libro llega a mis manos, lo primero que hago es abrirlo y olerlo.
¡Me encanta el olor a libro!
…Todo comenzó cuando aún era una niña. Crecí en una familia amante de los libros. Mis padres estudiaban cada día, llenando de libros nuestro mesa de comedor, ambos biólogos y pedagogos. Cada noche había un momento para leernos un cuento a mi hermano y a mí, historias que cambiaban a medida que las leían mientras nuestra imaginación se volvía loca.